Sobre mí
Estoy profundamente agradecida a mi madre por su buen gusto al nombrarme Roxane. Creo que este nombre, cargado de fuerza y poesía, ha impregnado mi vida de una singularidad especial, marcando mi destino. Nací un martes de octubre, en el extremo sur del continente americano, en un país estrecho y alargado que se desliza entre montañas y el océano Pacífico. Un «largo pétalo de mar», como lo describió Neruda. Ese rincón del mundo, velado entre la naturaleza y la poesía, fue mi punto de partida.
Dejé mis raíces muy temprano y, todavía hoy, puedo evocar la sofocante bocanada de aire africano que me recibió en mi primera escala, preludio de muchas más en mi incesante travesía por el mundo. De cada rincón que pisé, absorbí enseñanzas y lecciones de vida que se han convertido en mi diploma más valioso.
Tuve el privilegio de trabajar para grandes multinacionales del turismo: cadenas hoteleras, cruceros de lujo… Mi carrera me llevó por Francia, Grecia, Chipre, Turquía, España, y luego Brasil, que marcó un antes y un después en mi vida. Hasta entonces, mi existencia había sido una continua aventura. Donde fuera, siempre buscaba retos y nuevos desafíos. Mirando hacia atrás, mi historia parece la de un Quijote enfrentando molinos imaginarios en cada rincón del mundo.
Pero llegó un día en que los vientos cambiaron de rumbo. La urgencia de ser madre, antes de que el reloj biológico expirara, me llevó a trazar un nuevo camino. Fue así como conquisté el corazón de un caballero catalán excepcional y me embarqué en una nueva etapa como esposa y madre. En ese tiempo, descubrí una pasión latente: la escritura. Durante años, practiqué la magia de los 12 signos del zodiaco, escribiendo horóscopos para el periódico español Metro Directo. Esa experiencia, sin saberlo, plantó la semilla de mi blog, «Palabras para Recordar», un espacio donde desnudo mi alma y entrelazo recuerdos de reproches y aciertos, como perlas en el collar de esta vida aventurera.
Hace tres años que comencé mi andadura como viuda. Este nuevo capítulo, inesperado y doloroso, me deja cada día con la sensación de que algo esencial me falta. En este pasaje incierto, me aferro a la escritura como a mi flotador emocional más firme. Así, he querido retratar, a grandes rasgos, a la mujer detrás de este blog. Mi historia es un mosaico de viajes, desafíos, amor y pérdida, pero también de un profundo deseo por compartir palabras que toquen corazones y dejen huella.