Insomnio

Voy de a poquito abriendo los ojos,
me resisto por unos minutos,
sigue oscuro fuera de la cama
no apetece asomar el cuerpo.

Intento dormirme un poco más,
pero nada, es inútil,
vueltas y vueltas
y a revolver el pasado otra vez.

Entonces empieza mi recorrido
por algún pasaje de mi vida,
que como buena aventurera que fui,
esta lleno de mudanzas, viajes,
de hogares hechos y desechos por el mundo.

Cómo mi memoria guarda los detalles
con prolija cronología,
resulta fácil viajar hacia atrás;
hacia olvidados medanos de mi conciencia.

Me adentro primeramente en la mujer
que era por aquel entonces,
intento revivir aquello qué me preocupaba,
cómo me sentía, qué sueños tenía,
si era feliz con quienes vivía, qué trabajo hacía,
qué ambiente me rodeaba, qué amigos tenía,
cómo andaba de dinero, si estaba feliz,
por qué abandoné ese lugar?
si me sentía querida, etc.,etc.

Menos dormir, podía hacer de todo:
criticarme, reprocharme, felicitarme,
y llorar si quería,
por todo aquello que salió mal.

Entre mil y una vueltas
a ese pasaje de mi biografía,
finalmente el sueño
me alcanza de madrugada.

El insomnio ha hecho de mi vida un libro
para ser releído noche a noche,
vigilia a vigilia
escritas en plena oscuridad.

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