Futuro de una anacoreta

Casi tocándose las soledades,
tan semejantes en la distancia,
la tuya entre cuatro paredes
y la mía, en un cuarto con vistas,
vistas a mi intemperie.
Está callada la noche… y yo,
sumergida en mi encierro habitual.
Algunas penas nunca se van,
se enquistan por dentro.
¿Por qué solo la tristeza da sentido a mi vida?
¿Será verdad que la alegría
es solo para los soñadores?
Busco en el silencio,
en esa quietud tan parecida al olvido,
las razones de mi soledad
a este desdén del destino.
¿Cuántos años llevo encaramada,
oteando el futuro con mirada pedigueña
añorando tantas fantasías?
Quisiste ser parte de este mundo,
pero de largo se pasó
y en ti no se fijó.
Tal vez tu biografía de anacoreta
no calificaba.
¿Cuántos esfuerzos inútiles
por ser parte de un mundo al revés?
Siempre en la cuerda floja
bailando entre lo precario a la plegaria.
Mas hoy,
la anacoreta que eres,
caminará sobre el sembrado de aquellos grandes
que bien cosecharon antes que tu.