Un poco de compañía
¿Por qué no ayer?
me diste la espalda.
¿Por qué no hoy?
ni mi nombre llamaste.
¿Por qué no fue?
un ligero saludo.
Fue ayer,
era yo,
no era la misma
pero era yo.
Ni me miraste siquiera,
me extendiste tus manos
abiertas, vacías.
¿Esperabas, qué esperabas?
parecías una mendiga,
pedigueños tus ojos,
ni siquiera sabías,
qué necesitabas?, qué te hacía falta?
una limosna tal vez?,
un gesto de amor,
sería un poco de compañía,
solo un poco de compañía.
¡Dios mío!, que poco para ser feliz…