Buscando el paraíso

Afortunado es aquel que ha encontrado su lugar en este mundo
y afortunado aquel que en su silencio
halló su felicidad.
Mirando hacia atrás lo que ha sido mi vida en estos últimos años,
me animo a caminar nuevas sendas
alejándome de la leña de mi hogar.
¿Por qué he tardado tanto?
¿Habrá sido todo ese tiempo
dando tumbos por aquí y por allá,
esquivando siempre el sinsentido
que por años me persiguió?
Hoy por hoy,
irresistible me resulta el rastro de lo invisible;
visible solo para esos pocos más avezados
en la búsqueda de ese algo «más».
Espero escuchar en mi silencio
un glorioso repicar de campanas a mi llegada,
donde quiera que ésto sea.